“Yo creo en las hadas. Yo creo.
Sí creo”. Es de las frases que más me han marcado, quizá una con la que me
identifico cien por cien. Porque sí, tengo 20 años, pero creo que aún sigo
siendo esa niña que adoraba los cuentos de hadas y creía en ellos. Porque aún
siguen siendo mis canciones favoritas todas las de Disney, esas que me han
acompañado desde que tengo uso de razón.
Y no me importa si la gente me
llama infantil o piensan que lo soy, porque es la verdad. Me niego a pasar a
ser una “mujer adulta” que sólo tenga problemas y no crea en nada que no puede
ver.
“NO QUIERO CRECER”, me aterra el
pensar que mi niñez se está quedando cada vez más lejos y no voy a soltar a esa
niña que llevo dentro nunca.
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