A veces es difícil ser como uno es. A veces nos da miedo que
vean lo que realmente somos, cómo somos. Porque siempre es más fácil ponerse
una careta y mostrar lo que los demás quieren ver. Porque... ¿y si no les gusta
lo que soy? ¿Y si no me aceptan? ¿Y si nadie me quiere?
Y ahora pregunto yo ¿Y
qué? Quien no te quiera por ser como eres, que se vaya de tu vida. Quien no te
acepte, lo mismo: adiós. Porque te aseguro que aunque haya momentos en los que
quizá sientas que no encajas, que muchas personas al ver cómo eres se alejen o
te traten diferente, merece la pena ser verdadero. Merece la pena mostrar
siempre quién eres. Porque sólo de esa forma, serás totalmente feliz. Sólo así
conocerás a personas geniales, porque serán esas personas las que, aún
conociéndote completamente, aún sabiendo todos tus defectos, te aceptarán y te
querrán tal cual. Porque ese es el amor que cuenta, no el de las personas que
te quieren por esa “careta” que intentas mostrar para gustar.
Por eso yo no tengo miedo a mostrar que soy la chica más
cabezona y gruñona del mundo, que tengo miedo hasta de mi sombra, que me pongo
nerviosa con cualquier tontería, que no bebo nada de alcohol aunque me miren
raro cada vez que lo digo, que no me gustan las discotecas ni la música a toda
pastilla, que leer es una de mis actividades favoritas, que me da vergüenza
todo, que lloro más de lo que debería, que soy una infantil, que adoro hacer el
tonto, que no quiero crecer, que me gusta Disney y Hello Kitty, que me da miedo
la oscuridad, que me encanta comer (sobre todo chocolate), que nunca uso
tacones porque no sé dar ni dos pasos con ellos, que me flipo yo sola cantando
(lo hago mal, pero me hace feliz), que adoro a los niños, que me paso el día dando besos y abrazos a mis padres, que tengo cosquillas
en todo el cuerpo y cuando digo todo es TODO, que me da la risa en los momentos
más incómodos, que cuando quiero a alguien lo doy todo, pero cuando me
decepcionan una vez ya no sé olvidarlo,... Sé que no soy perfecta, es más, soy
de las personas más imperfectas que conozco,
tengo más defectos que pelos... Pero también sé que quien me quiera,
tendrá que quererme así, y si no, que vaya a querer a otra persona, con menos
imperfecciones o quizá con una careta que las oculta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario