sábado, 18 de enero de 2014

Mostrar siempre quién eres.

A veces es difícil ser como uno es. A veces nos da miedo que vean lo que realmente somos, cómo somos. Porque siempre es más fácil ponerse una careta y mostrar lo que los demás quieren ver. Porque... ¿y si no les gusta lo que soy? ¿Y si no me aceptan? ¿Y si nadie me quiere? 
Y ahora pregunto yo ¿Y qué? Quien no te quiera por ser como eres, que se vaya de tu vida. Quien no te acepte, lo mismo: adiós. Porque te aseguro que aunque haya momentos en los que quizá sientas que no encajas, que muchas personas al ver cómo eres se alejen o te traten diferente, merece la pena ser verdadero. Merece la pena mostrar siempre quién eres. Porque sólo de esa forma, serás totalmente feliz. Sólo así conocerás a personas geniales, porque serán esas personas las que, aún conociéndote completamente, aún sabiendo todos tus defectos, te aceptarán y te querrán tal cual. Porque ese es el amor que cuenta, no el de las personas que te quieren por esa “careta” que intentas mostrar para gustar.

Por eso yo no tengo miedo a mostrar que soy la chica más cabezona y gruñona del mundo, que tengo miedo hasta de mi sombra, que me pongo nerviosa con cualquier tontería, que no bebo nada de alcohol aunque me miren raro cada vez que lo digo, que no me gustan las discotecas ni la música a toda pastilla, que leer es una de mis actividades favoritas, que me da vergüenza todo, que lloro más de lo que debería, que soy una infantil, que adoro hacer el tonto, que no quiero crecer, que me gusta Disney y Hello Kitty, que me da miedo la oscuridad, que me encanta comer (sobre todo chocolate), que nunca uso tacones porque no sé dar ni dos pasos con ellos, que me flipo yo sola cantando (lo hago mal, pero me hace feliz), que adoro a los niños, que me paso el día dando besos y abrazos a mis padres, que tengo cosquillas en todo el cuerpo y cuando digo todo es TODO, que me da la risa en los momentos más incómodos, que cuando quiero a alguien lo doy todo, pero cuando me decepcionan una vez ya no sé olvidarlo,... Sé que no soy perfecta, es más, soy de las personas más imperfectas que conozco,  tengo más defectos que pelos... Pero también sé que quien me quiera, tendrá que quererme así, y si no, que vaya a querer a otra persona, con menos imperfecciones o quizá con una careta que las oculta. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario