Me miras. Te
miro. Sonreímos. Sólo tú y yo sabemos lo que pasa entre nosotros. Química.
Física. ¿Qué más da? Sólo sé que la conexión contigo es infinita. Va mucho más
allá de los besos y las caricias. Más allá de las palabras bonitas y las
miradas llenas de amor. Tú me has hecho sentir algo más, mucho más. ¿Nadie se
da cuenta de que eres el ser más maravilloso de esta tierra? Solo con cogerme
de la mano haces que me recorran mil escalofríos. Y si me sonríes, el mundo
entero se para y se centra en tu boca, en ese hoyuelo que se te forma en el
lado derecho cuando esbozas una sonrisa. Me encanta escuchar cuando hablas y me
miras. Me miras a los ojos y me veo en ellos. Y es que tus ojos son mi mejor
espejo; no hay sitio donde mi reflejo sea más bonito. Y no, lo nuestro no ha
sido un flechazo. Lo nuestro ha sido un amor a primera mirada. Porque fue
cruzarme con tu mirada y saber que eras tú. No es algo que pueda explicarse, ni
decirse con palabras. Es algo que se siente. Y yo siento que quiero estar
contigo toda mi vida. Porque no he conocido vida más plena que la que he vivido
desde que estoy a tu lado.
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