Negro. No hay
más color en tu vida que negro. Todo es oscuridad, sin nada de luz o algo de
alegría. Todo son problemas, todo te sale mal. No te apetece seguir adelante,
no tienes ganas de levantarte por las mañanas, no ves nada de bueno en cada uno
de los días. No hay nada que pueda hacerte sacar una sonrisa. Nada. Y pasa el
tiempo y todo sigue igual. La misma rutina, las mismas ganas de tirar la
toalla. Y, un día inesperado, aparece. Aparece esa persona que rompe todos tus
esquemas. Que da la vuelta a tu rutina y pone tu vida del revés. Esa persona
que logra recoger cada pedacito de ti, uno a uno, y los junta y te recompone.
Te demuestra que la vida no es tan horrible, que en el mundo aún hay esperanza.
Que vale la pena levantarse cada mañana y luchar por lo que uno quiere. Que
todo lo que te propongas, podrás conseguirlo si le echas ganas y te dedicas a
ello. Te hace volver a creer en ti. Volver a pensar que después de todo, vale
la pena seguir intentándolo. Y es que el mundo a veces puede parecer un lugar aterrador,
pero créeme, con una de estas personas a tu lado, estarás más que preparado
para enfrentarte a cualquier obstáculo que se te ponga por delante.
No hay comentarios:
Publicar un comentario