Los domingos huelen a nostalgia. A historias que pudieron
ser y no fueron. A historias que vendrán. O no.
Los domingos huelen a hogar. A refugiarse en la cama. O bajo
la manta en el sofá. A abrazos que abrigan.
Que calman.
Los domingos huelen a echar de menos. Lo que tuvimos y ya
no. Lo que nunca será. Lo que se fue. Lo que ni siquiera llegó.
Los domingos huelen a palabras en el teclado. A dejarse
llevar. A fluir con lo que sale del corazón y plasmarlo en unas cuantas frases
que quizá alguien algún día leerá.
Los domingos huelen a canciones con recuerdos. A lágrimas
que quieren escapar. A corazones rotos. O recompuestos.
Los domingos huelen a soledad. A pensamientos que azotan la
mente y salen el último día de la semana, por miedo a perderse.
Los domingos huelen a “me apetece verte”, “no dejo de pensar en ti”
o “todavía te pienso”.
Los domingos huelen a ti.
Precioso ❤
ResponderEliminarIncreible, espero que los domingos traigan mas textos como estos :) sigue escribiendo
ResponderEliminarQue bonito escribes, bonita 💜
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