Esperar. Es lo único que he hecho desde que me enamoré de
ti. Esperar tu primer saludo, tu primera mirada. Esperar que me hablaras, que
te fijaras en mí, que te aprendieras mi nombre. Esperar que te conectaras, que
me contestaras… Esperar.
Y llega un día en que no puedo esperar más, no puedo seguir
malgastando mi tiempo en ti, en esa espera larga que me haces pasar. He tenido
mucha paciencia, dos años y medio a base de esperar todo contigo… ¿Para qué?
Para nada. Porque esta espera no ha merecido la pena. Sólo ha sido una pérdida
de tiempo, de mi tiempo. Lo único bueno que he sacado es que he aprendido, he
aprendido a no esperar más por cosas que no merecen la pena.
No hay comentarios:
Publicar un comentario